MENSAJES DEL TIEMPO EN QUE AQUÍ SE VERANEABA
La práctica del envío de tarjetas postales alcanzó hacia finales del siglo XIX una gran difusión entre los sectores pudientes y populares, en coincidencia con los procesos de alfabetización creciente de las clases trabajadoras y con la definitiva organización moderna de los servicios de correos.
El mejoramiento de las artes gráficas y el ascenso de la fotografía sobre la pintura y el grabado contribuyeron al uso y desarrollo de las postales, que caracterizaron a la correspondencia de la Belle Époque con su modo estilizado, visual y cuasi literario, y que perduró por décadas.
El carácter de suburbio veraniego y pintoresco de San Isidro motivó un flujo emisivo de postales que capturó el atractivo visual y los edificios principales del pueblo, acompañado muchas veces por textos que daban cuenta de las actividades de ocio y disfrute de las vacaciones en un ámbito tranquilo y bello.
Archivo
Curiosidades
Vista panorámica del pueblo de San Isidro. Colección Postales de San Isidro. AR-MBAHMSI-PSI007
DESPLEGANDO PAISAJE
Dentro de la variada colección de postales de San Isidro hay una que se destaca por su singularidad: se trata de la única postal doble o tipo díptico, cuyo tamaño facilitaba una imagen panorámica del lugar.
En este caso, el fotógrafo pudo haber obtenido la vista del pueblo de San Isidro desde una azotea en la esquina noroeste de Belgrano y Acassuso, fijando el plano del río como línea de horizonte. Sobre el cielo se recortan las siluetas del templo parroquial y el chalet Las Brisas. Entre la línea de horizonte y el fotógrafo se derrama un paisaje de casas bajas de lenguaje italianizante, el arbolado y algunos molinos.