Los periódicos ilustrados nacieron en nuestro país a finales del siglo XIX, a partir de la aparición de nuevas tecnologías que impactaron en la industria gráfica y que permitieron la reproducción e impresión de fotografías en forma masiva. Esta disponibilidad de imágenes, accesibles para un numeroso público, transformó el modo de comunicación de la prensa: ahora las fotografías acompañaban o protagonizaban la crónica. Comenzaba el paradigma de la información iconográfica.
San Isidro, como suburbio pintoresco, fue retratado con frecuencia, y los lectores de todo el país pudieron apreciar, a través de cuidadas vistas obtenidas por fotógrafos profesionales, lo más representativo de sus paisajes, su arquitectura, sus instituciones educativas, culturales, deportivas y asistenciales, sus visitantes célebres, y su gente.
Ofrecemos en esta exposición un paseo evocativo a través de una selección de suplementos gráficos de los diarios La Nación y La Prensa, publicados entre 1926 y 1968, cuyos ejemplares originales forman parte de las colecciones que integran nuestra Hemeroteca.
¿Qué es un rotograbado?
El rotograbado o huecograbado es una técnica de impresión que consiste en grabar, en un cilindro de metal, pequeños huecos o incisiones en los que se deposita la tinta y que, al presionar directamente contra el papel, este queda indeleblemente impreso.
El antecedente de esta técnica fueron las imprentas planas (no rotativas) y se empleaba la impresión tipográfica, es decir, con las letras en cúneos de plomo (en relieve) y las imágenes se realizaban con la piedra litográfica (o con grabados directamente tipo cliché) que se transferían al papel.
Fue hacia finales del siglo XIX cuando surgió en Inglaterra el “huecograbado en rotativa”. Este sistema se aplicó en las grandes rotativas para producir prensa de calidad en tiradas masivas. Es un sistema oneroso, por el costo de producción de los rodillos impresores, pero muy efectivo y económico al final, ya que las planchas metálicas resisten el desgaste.
